Amanece la Tierra, y se Cubre de Luces
Tradición Popular de los Andes
Amanece la tierra
Y se cubre de luces
A fin de venerar
Al criador del hombre.
Y el alto cielo
Barre sus nubes
Para humillarse
Ante el creador del mundo.
El rey de las estrellas
Y padre nuestro, el Sol,
Su cabellera extiende
A los pies de él.
Y el viento junta
Las copas de los árboles
Y sacude sus ramas
Y las yergue hacia el cielo.
Y en el regazo de los árboles
Los pajarillos cantan
Y rinden el fervor de su homenaje
Al regidor del mundo.
Todas las flores,
Bellas y ufanas,
Exhiben sus colores
Y sus perfumes.
Y en el seno del lago,
Que es el universo de cristal,
Es grande el alborozo
De los peces.
El río caudaloso
Con su bronco cantar
Está rindiendo su alabanza
A Viracocha.
El peñasco también
Se atavía de verde
Y la floresta del barranco
Ostenta flores nuevas.
Y las serpientes,
Habitantes del monte,
Van arrastrándose
A los pies de él.
La vicuña del páramo
Y la vizcacha del peñasco
Se domestican
Cerca de él.
Así también mi corazón
En cada amanecer
Te rinde su alabanza,
Padre mío y creador.
(De la colección Vásquez.)
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Reproducido del libro “La Poesía Quechua”, de Jesús Lara, Fondo de Cultura Económica, México-Buenos Aires, 1947, 190 pp., ver páginas 159-160.
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El poema “Una Oración al Sol” fue publicado en los sitios web de la Logia Independiente de Teósofos el 06 de octubre de 2024. Forma parte también de la edición de enero de 2022 de “El Teósofo Acuariano”, pp. 10-11.
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