Para Agradecer a Helena Blavatsky,
Es Necesario Comprender Su Misión
Carlos Cardoso Aveline
Visión parcial de una estatua de Helena
Petrovna Blavatsky, hecha por Alexey Leonov
Los políticos desprovistos de lealtad profunda homenajean en el terreno de las apariencias a los ideales que ellos mismos traicionan de hecho.
Poco después de la muerte de Helena P. Blavatsky, ocurrida el día 8 de mayo de 1891, Henry S. Olcott se preparaba para comenzar su lucha por el poder contra los que eran leales a la fundadora del movimiento esotérico moderno. Fue entonces cuando Olcott estableció el “Día del Loto Blanco”, que pasaría a ser celebrado cada ocho de mayo como homenaje a Helena Blavatsky.[1]
Olcott estaba iludido.
Aunque era fundamentalmente honesto, tenía poco discernimiento en materia de ética. Olcott debía saber que Helena Blavatsky no aceptaba ser objeto de adulación personal. Tal práctica sería contraria a los votos de autoolvido y dedicación impersonal a la Verdad que ella hizo, como deben hacer todos los teósofos.
Blavatsky quería que las personas tuvieran, eso sí, lealtad con relación a las enseñanzas de los Mahatmas. En este punto, Olcott y su aliada política Annie Besant fracasaron: la meta principal de ambos era en gran parte obtener poder institucional.
Hay solo un aspecto en que el nombre “Día del Loto Blanco” es irónicamente adecuado para la fecha escogida por la Sociedad de Adyar para “rendir homenaje” a HPB. Es que el nombre dado por H. S. Olcott coincide con el título de un libro clásico de Mabel Collins, “El Idilio del Loto Blanco”. La obra narra una historia infeliz de altas traiciones en una organización esotérica. [2]
La codicia por el poder puede ocultarse, pues, bajo un homenaje.
A pesar de las apariencias de corto plazo, sin embargo, toda forma de deslealtad produce tarde o temprano su propia derrota. En el momento adecuado, la ética y la verdad vencen. Y, de hecho, el movimiento teosófico ya se libera como un Fénix, renaciendo gradualmente de las cenizas de la ilusión pseudoespiritual.
Eso es posible porque la misión de HPB, actuando en los planos superiores de consciencia, constituyó en el siglo XIX un punto de mutación en el proceso civilizatorio actual. Gracias a ella fue alterado sustancialmente el rumbo de los acontecimientos del siglo XX y del siglo XXI.
La Importancia del Ocho de Mayo
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) es un punto de inflexión en el karma de nuestra humanidad, y su conclusión con la victoria de la democracia está numerológicamente relacionada con el esfuerzo teosófico. [3]
El ciclo de setenta años es importante en teosofía avanzada porque combina el número siete con la década pitagórica.
Exactamente siete décadas después de la fundación del movimiento teosófico en 1875, en el día ocho de mayo de 1945 se selló la paz en Europa con la victoria de los Aliados y de la democracia contra el fascismo y el nazismo. La misión de HPB, al plantar las bases de una fraternidad universal, tenía como una de sus metas reducir los efectos de las guerras del siglo XX e impedir que la humanidad cayera bajo el dominio completo de la ignorancia espiritual organizada.
El ocho de mayo de 1891 HPB concluyó su misión. El ocho de mayo de 1945 se hizo oficial una importante victoria de la humanidad contra el oscurantismo. Ese mismo año nació la Organización de las Naciones Unidas, cuya meta más grande es la armonía entre los pueblos.
Cómo Celebrar la Misión de HPB
El modo correcto de expresar admiración por el trabajo de Helena Blavatsky sigue siendo el mismo, y nunca cambió.
Consiste en comprender y apoyar, en primer lugar, la propuesta original del esfuerzo teosófico, que tiene como objetivo facilitar el proceso por el cual la humanidad se liberará de los ritualismos, las guerras y las supersticiones. Para eso es necesario vencer individual y colectivamente el miedo de ser sincero, y pasar a abrir camino para la civilización fraternal del futuro.
Alrededor del día ocho de mayo, cabe renovar nuestros votos de buscar lo mejor a cada momento de la vida.
Es oportuno un agradecimiento sincero a los Maestros de Sabiduría y a los que trabajan con ellos. Podemos agradecer en silencio a todos los seres, y especialmente a los más sabios que nosotros; y también reafirmar nuestra decisión de tener una vida ética.
A lo largo del mes de mayo, así como en la época de su Luna Llena, se amplía potencialmente sin gran esfuerzo el contacto con la voz sin palabras de nuestra consciencia más elevada, que es universal.
NOTAS:
[1] Sobre lo que sucedió en términos políticos poco después de la muerte de HPB en mayo de 1891, véase el bien documentado artículo “Los Testamentos de Helena P. Blavatsky”, de Ernest Pelletier. El texto está disponible en nuestros sitios web asociados.
[2] “El Idilio del Loto Blanco”, de Mabel Collins. Aunque el libro contiene algunas enseñanzas teosóficas, dedica demasiada atención al tema de la traición y a los pensamientos negativos. La atmósfera de la pequeña novela es pesimista y anticipa de cierto modo la trayectoria de Mabel Collins, que traicionó los preceptos éticos y abandonó el movimiento teosófico no mucho después de la publicación de la obra. El Sr. T. Subba Row, que hizo una vehemente defensa de “El Idilio”, tampoco tuvo un final ético o feliz en su corta trayectoria teosófica.
[3] Véanse en nuestros sitios web asociados los artículos “La Teosofía en la 2ª Guerra Mundial”, “La Teosofía de la Civilización Futura”, “Blavatsky, la ONU y la Democracia”, y “El Movimiento Teosófico, 1875-2075”.
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El artículo “Celebrando el Día Ocho de Mayo” es una traducción del portugués, hecha por Alex Rambla Beltrán con apoyo de nuestro equipo editorial. Título original y link: “Celebrando o Dia Oito de Maio”. La publicación en español ocurrió el 6 de mayo de 2019.
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