El Mundo Online Constituye el
Ágora Astral de Nuestra Aldea Planetaria
Carlos Cardoso Aveline
El Ágora o punto de encuentro en la Grecia Antigua y el Ágora planetario de hoy día
“Ethos”, dicen los diccionarios, es el carácter fundamental y el espíritu de una cultura, o sociedad.
Cada nación tiene su propio ethos y posee un karma común, una herencia colectiva compartida por sus ciudadanos. Las escuelas de pensamiento filosófico y teosófico constituyen una comunidad con gente de muchas naciones, y esa colectividad sutil posee su propio tipo de “carácter” o identidad. Las asociaciones teosóficas existen en 70 o 75 países, aunque haya más de 180 Estados miembros de las Naciones Unidas.
Los teósofos todavía están limitados a pequeños grupos, pero ellos ya existen en un número significativo de naciones. El ethos de muchos países ha estado interactuando desde hace más de un siglo con algunos de los principios fundamentales de la filosofía esotérica. El proyecto teosófico de una fraternidad planetaria es tan antiguo como la humanidad, y su presencia puede ser reconocida de un modo u otro en la mayor parte de las religiones y filosofías.
El Internet también sobrepasa las fronteras nacionales y ha estado poniendo a cada individuo en contacto potencial con todos los demás alrededor del planeta. En el debate internacional, personas de muchas culturas añaden diversos matices y puntos de vista al diálogo sobre la vida y el futuro humano. Nuevos lugares alrededor del planeta – algunos de ellos ubicados en planos no geográficos – emergen como factores activos en la renovación de los movimientos que desean el bien de la humanidad. Eso produce una variedad de estilos en los ámbitos de la acción, del liderazgo y de las actitudes que se tienen ante el deber de los proyectos humanistas.
El proyecto teosófico es multicultural e interlingüístico. Él trasciende los límites nacionales, y también los respeta. Él ve la diversidad y la unidad como partes necesarias de la vida.
La búsqueda de la sabiduría esotérica es llevada a cabo por personas de diferentes edades, clases sociales y talentos. A medida que la vida se transfiere cada vez más al mundo sutil online que forma parte de la luz astral, el compartir democrático de información y de responsabilidad se torna más inmediato y más decisivo.
El Internet está surgiendo como un vehículo eficiente para un diálogo racional que fluye en armonía con la contemplación interior. El mundo online es el gran Ágora abstracto, la plaza del mercado de las ideas y el punto de encuentro de las personas. En el Ágora, las naciones y los ciudadanos planetarios de todos los pueblos comparten ideas, puntos de vista, perplejidades y el testimonio de sus experiencias. Un ethos global está surgiendo, y la teosofía forma parte del elemento que lo mantiene unido y le da su sustancia interna.
La palabra “ética” tiene una relación directa con ethos: significa un sentimiento de deber para con la colectividad a la que pertenecemos, y en el siglo XXI todos pueden ver que nuestra colectividad es el planeta entero. Ni siquiera nuestro sistema solar puede ser visto como algo mucho más allá de una aldea local.
El movimiento teosófico puede comprender este hecho, y la contribución que él da a la construcción de un ethos planetario debe ser, al mismo tiempo, racional e intuitiva. La filosofía esotérica cumple un papel silencioso e invisible, pero eficaz, en el despertar global. El movimiento teosófico ya comienza a percibir esta tarea. Sin embargo, el despertar general también sigue las reglas y el karma de cada Ethos local. Algunos países están más abiertos al cambio que otros. Ninguno de ellos tiene que ser desmantelado a causa del crecimiento de la conciencia planetaria. Aunque tanto la sustancia de las naciones como los límites de ellas se tornan más sutiles, el respeto por cada pueblo y cada país es un punto esencial.
Algunos individuos y grupos espirituales piensan que saben demasiado para aún tener que aprender algo sobre la vida. Desde otros puntos de vista, sin embargo, la vida es siempre nueva y debe ser inventada todos los días.
Aprender es probablemente el principal propósito de la vida: aprender la ley de la ayuda mutua y de la solidaridad. Todo sucede siempre de acuerdo con la Ley, y ocurre al ritmo más adecuado para el funcionamiento de la Ley. No es posible acelerar o retrasar el surgimiento de un nuevo día. El espíritu y la gente de cada lugar y nación tienen mucho que contribuir al nuevo Ethos global y a su Ética planetaria. Las lecciones que ellos enseñan son diferentes, y nosotros necesitamos de todas ellas.
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El artículo “El Ethos de la Ciudadanía Global” es una traducción del portugués, hecha por Alex Rambla Beltrán con apoyo de nuestro equipo editorial, del cual forma parte el autor. Título original y link: “O Ethos da Cidadania Global”. La publicación en español ocurrió el 3 de enero de 2019.
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El 14 de setiembre de 2016, un grupo de estudiantes decidió crear la Logia Independiente de Teósofos. Dos de las prioridades de la LIT son aprender lecciones prácticas del pasado y construir un futuro saludable.
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