El Fundador de la Iglesia Católica
Liberal Informa Desde el Planeta Rojo
Carlos Cardoso Aveline
La portada de “The Fire”, y una imagen de Marte
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El siguiente texto es una traducción del Capítulo
Trece del libro “The Fire and Light of Theosophical
Literature”, de Carlos Cardoso Aveline (The Aquarian, 2013)
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Los más grandes disparates pueden decirse en nombre de la teosofía y llevarse a cabo usando la filosofía esotérica como excusa. En cuanto a la existencia de vida física en el planeta Marte, por ejemplo, H.P.B. escribió en “La Doctrina Secreta”:
“Cuando la presente obra fue comenzada, la escritora, estando segura de que la especulación sobre Marte y Mercurio era errónea, mandó una carta a los Maestros pidiéndoles una explicación y una versión fidedigna. Ambas llegaron a su debido tiempo, y se dan ahora extractos literales de ellas. ‘… Es totalmente correcto el hecho de que Marte se encuentra en un estado de oscurecimiento en el presente’ (…).” [1]
Las palabras son lo suficientemente claras. Sin embargo, Annie Besant y Charles W. Leadbeater pensaron que tenían informaciones mucho mejores que estas, gracias a sus conversaciones con Maestros imaginarios.
Leadbeater, cuya falsa clarividencia es responsable de las estructuras “esotéricas” en la Sociedad de Adyar, hizo declaraciones extraordinarias acerca de la vida en el planeta Marte. Presentados en las primeras ediciones de su libro “La Vida Interna” [2], sus descubrimientos sobre Marte ayudan a los lectores a percibir la verdadera calidad de sus escritos.
“La Vida Interna” fue publicado por primera vez en 1910. En aquel momento casi todos los teósofos de Adyar creyeron que las expediciones a Marte eran ciertas, tal como el autor afirmó enfáticamente.
Sus palabras parecían ser las de un ser divinamente inspirado: pocos se atrevían a cuestionarle. Además de viajar a otros planetas, Leadbeater tenía frecuentes conversaciones personales con el “Rey del Mundo” y otras grandes autoridades espirituales que él mismo había inventado, con el apoyo político y pseudoclarividente de la Sra. Annie Besant. Nadie podía pensar, por tanto, que los contenidos de sus libros eran esencialmente falsos.
Fue durante los años 1960 y 1970 que los editores de la Sociedad de Adyar parecieron perder su fe, por así decirlo, en las revelaciones leadbeaterianas sobre el planeta rojo.
Sin embargo, no dijeron nada sobre esto al público. Los editores trataron de mantener en circulación la mayor parte del fraude de Leadbeater. Se esforzaron en ocultar sus viajes a Marte, porque esta parte del fraude ya era insostenible. Eliminaron silenciosamente las revelaciones de C.W.L. sobre Mercurio y Marte de todas las ediciones nuevas de su libro “La Vida Interna”.
Profundamente cristiano en un sentido jesuítico, Charles Leadbeater fue el fundador principal de la Iglesia Católica Liberal. Durante sus varias visitas personales a Marte, vio y observó el desarrollo de la vida diaria en este planeta. Hondamente interesado por los temas espirituales, él relata que algunos marcianos usan sandalias de metal, mientras que otros parecen ciudadanos noruegos.
Él escribe en “La Vida Interna”:
“Toda la población civilizada de Marte constituye una sola raza, y no hay prácticamente ninguna diferencia en cuanto a rasgos o complexión, excepto el hecho de que – al igual que entre nosotros – hay rubios y morenos; algunas personas tienen una piel ligeramente amarillenta y el pelo negro, mientras que la mayoría tienen el pelo rubio y ojos azules o violetas, un tanto noruegos en apariencia. Ellos se visten principalmente con colores brillantes y ambos sexos llevan un atuendo – cuya forma apenas está definida – de algún material muy suave que va de los hombros hasta los pies. Generalmente tienen los pies desnudos, aunque a veces utilizan una especie de sandalia o zapatilla de metal, con una correa alrededor del tobillo.”
Casi obsesionado con hechos imaginarios del plano físico, el obispo liberal escribe acerca de las flores, los jardines y las ciudades de los marcianos:
“Ellos son muy aficionados a las flores, de las cuales hay una gran variedad, y sus ciudades son construidas con base en el plan general de la ciudad-jardín; las casas usualmente son de una sola planta, pero están construidas alrededor de patios interiores y esparcidas sobre una gran cantidad de terreno. No obstante, externamente estas casas parecen construidas de cristal de color y, de hecho, el material usado es transparente, pero está tan estriado que, mientras que las personas en su interior disfrutan de unas vistas libres a sus jardines, nadie de fuera puede ver lo que sucede en la casa.”
Debido a su modestia quizá, el destacado vidente no les dice a sus lectores si sus propios libros están siendo publicados ya por las editoriales marcianas. Sin embargo, es cierto que tiene interés en la vida cultural de los habitantes del planeta rojo, pues escribe:
“Ellos tienen dos métodos de grabar sus pensamientos. Uno consiste en hablar dentro de una caja pequeña que tiene una boquilla en uno de sus lados, similar a la de un teléfono. El mecanismo expresa cada palabra pronunciada como una especie de señal complicada sobre una pequeña placa de metal (…) que pueden leer fácilmente aquellos que estén familiarizados con este sistema. El otro plan es escribir a mano, pero esta es una tarea enormemente más difícil, dado que el alfabeto es un tipo muy complicado de taquigrafía que puede escribirse tan rápidamente como uno pueda hablar. Es en este alfabeto que todos sus libros se imprimen, y estos últimos tienen usualmente la forma de rollos hechos de un metal flexible muy fino. El grabado es extremadamente minucioso, y es habitual leerlo con una lupa, la cual está fijada convenientemente sobre un soporte. En el soporte hay una máquina que desenrolla el pergamino ante la lupa a la velocidad que uno desee, con lo cual se puede leer sin necesidad de tocar el libro en absoluto.”
Después de decir que hay una sociedad secreta en Marte, el sabio obispo se deja llevar por su propia imaginación febril – o inclinación a mentir. Dice: “Algunos, por lo menos, de los miembros de la sociedad secreta han aprendido a cruzar sin mucha dificultad el espacio que nos separa de Marte y varias veces han intentado, por consiguiente, manifestarse a través de los médiums en las sesiones espiritistas, o han sido capaces, gracias a los métodos que han aprendido, de imprimir sus ideas en los poetas y novelistas.”
En este punto, Leadbeater confirma el carácter de primera mano de su descripción personal de la vida física en Marte.
“La información que he dado antes está basada en mis observaciones e investigaciones durante varias visitas al planeta; sin embargo, casi toda ella se puede encontrar en las obras de diversos escritores de los últimos treinta o cuarenta años, y en todos estos casos fue alguien de Marte quien la comunicó o la imprimió, aunque el hecho de tal impresión fuese (al menos en algunos casos) totalmente desconocido para el escritor físico.”
Un aspecto importante de la misión del obispo liberal en Marte tuvo que ver necesariamente con la religión. Él debió haber viajado allí con un propósito claro. Y escribió:
“Una de las cosas más destacables acerca de esta gente es que no tienen absolutamente ninguna religión. No hay iglesias, templos, ni lugares de adoración de ningún tipo; tampoco hay sacerdotes ni poder eclesiástico.”
Esto inevitablemente plantea una pregunta o dos.
¿Es posible que, durante sus varias visitas a Marte, Leadbeater estuviera secretamente preparando una misión religiosa a ese planeta, una misión que habrían de llevar a cabo sacerdotes bien entrenados de la Iglesia Católica Liberal?
En ese caso, ¿podría haber, justo ahora, un grupo de sacerdotes de la I.C.L. celebrando con entusiasmo la misa y predicando el santo evangelio a los buenos ciudadanos de Marte?
Si bien eso no se ha confirmado todavía, es cierto que el grado de exactitud y sinsentido que uno puede encontrar en las descripciones que C.W. Leadbeater hace de la vida en Marte es aproximadamente el mismo que encontrará en las descripciones que él hace de sus charlas con Maestros de Sabiduría. Y hay otro hecho que da que pensar: es enteramente sobre la base de tales tonterías clarividentes que él y la Sra. Annie Besant crearon los diversos esquemas ritualistas – incluyendo el así llamado “Rito Egipcio” (R.E.) – que aun ahora existen y gobiernan a la Sociedad Teosófica de Adyar tras las bambalinas.
¿Quién va a pronunciar firmemente el mantra de la verdad y de este modo desmantelar solidariamente tales trampas, construidas para capturar almas bienintencionadas y de buena voluntad?
La pregunta debe permanecer abierta.
Pese a los esfuerzos homeopáticos que algunos han hecho por distanciar a la Sociedad de la pesadilla de los ritualismos dañinos, los mismos viejos esquemas basados en la adoración de retratos y el culto a la forma mantienen a muchos líderes influyentes de la Sociedad de Adyar lejos de la enseñanza verdadera de la ética universal y de la sabiduría oriental.
La Sra. Radha Burnier, la presidenta internacional desde 1980 hasta su muerte en 2013, hizo lo que pensó que podía hacer.[3] Desde 1978, cuando asumió la dirección de la escuela esotérica de Adyar, Radha simplificó la estructura “marciana” de promociones y grados en el falso Rito Egipcio, que está secretamente situado por encima de la Escuela Esotérica besantiana. Al mismo tiempo, Radha promulgó ampliamente las enseñanzas de Jiddu Krishnamurti, quien pasó su vida criticando con severidad todo tipo de ritualismo.
Siendo un pensador poco profundo de la llamada “nueva era”, Krishnamurti no conoció y no enseñó teosofía verdadera. Pero por lo menos denunció vigorosamente a las iglesias, a las organizaciones burocráticas y a la creencia ciega. Adoptando a Krishnamurti como su referencia principal, la Sra. Burnier dio un primer paso. La Sociedad de Adyar podría tomar otras medidas para liberarse de los restos disfuncionales pertenecientes a la atmósfera “clarividente” del período comprendido entre los años 1900 y 1934.
Debe mencionarse un pequeño ejemplo de lo anterior: de los siete retratos de Maestros que se usan en las reuniones de la Escuela Esotérica de Adyar, cinco son retratos falsos fabricados por el “clarividente” que viajó a Marte, o bajo las instrucciones de este pseudoteósofo. Esta no es la mejor manera de mostrar respeto por los dos verdaderos Maestros y fundadores del movimiento teosófico. Acerca del origen de los retratos falsos, los estudiantes de Adyar pueden consultar el texto que C. Jinarajadasa escribió al respecto, el cual – al menos hasta 2003 – circulaba entre los miembros juramentados de tercer grado – el grado más superior – de la Escuela Esotérica de Adyar.
La vida es cíclica: después del invierno, llega la primavera. Ninguna falsedad es eterna. Unos pocos pasos valientes hacia el restablecimiento del respeto por la verdad pueden allanar suavemente el camino para una segunda y más profunda etapa en el renacimiento de la teosofía clásica que ya está teniendo lugar dentro de la Sociedad Teosófica de Adyar.
NOTAS:
[1] “The Secret Doctrine”, H.P. Blavatsky, Theosophy Company, Los Angeles, vol. I, p. 165.
[2] Todas las citaciones en el presente capítulo que contienen las visiones de Leadbeater sobre Marte están extraídas del libro “Inner Life” (“La Vida Interna”), de Charles W. Leadbeater, sección 10. Su texto fue publicado por la revista “Theosophical History”, Londres, enero de 1988; véanse las páginas 144-148. Tengo el mismo texto en la edición en español de “La Vida Interna”, de C.W.L., publicada en Buenos Aires por la Editorial Glem (pp. 389-394). En años posteriores, las ediciones de la T.P.H. de Estados Unidos del libro “Inner Life” han eliminado silenciosamente esta descripción, así como la breve pero sorprendente descripción de la vida física en Mercurio. Sin embargo, todavía puede comprarse en Brasil una edición brasileña del libro “The Solar System”, del Sr. Arthur Powell – un seguidor de C.W.L. – que contiene esta descripción de la vida física en Marte.
Otro autor y uno de los principales clarividentes de Adyar, el Sr. Geoffrey Hodson, siguió el mismo rumbo al menos hasta la década de 1950. Entre 1954 y 1955, el Sr. Hodson dio una serie de conferencias y clases a los estudiantes en la sede internacional de la Sociedad de Adyar, en Madrás/Chennai, en el sur de la India. Estas clases eran parte de la “Escuela de Sabiduría”. El contenido de sus conferencias fue publicado por la T.P.H. en la India, en 1955, en dos grandes volúmenes bajo el título de “Lecture Notes – The School of the Wisdom”, con 616 páginas en el volumen I y 582 en el volumen II. En las páginas 442-445 del volumen I, el Sr. Geoffrey Hodson cita y adopta – aunque de manera algo cautelosa – la misma descripción vívidamente absurda que el Sr. Leadbeater hizo sobre una civilización física en el planeta rojo.
[3] Este párrafo fue actualizado por el autor del artículo el 23 de marzo de 2019.
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El artículo “Leadbeater y la Vida Diaria en Marte” es una traducción del inglés y ha sido hecha por Alex Rambla Beltrán, con apoyo de nuestro equipo editorial, del cual forma parte el autor. Título original y link: “Leadbeater and the Daily Life on Mars”. La publicación en español ocurrió el 23 de marzo de 2019.
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Acerca del papel del movimiento teosófico en el despertar ético de la humanidad, lea el libro “The Fire and Light of Theosophical Literature”, de Carlos Cardoso Aveline.
Publicado en 2013 por The Aquarian Theosophist, el volumen tiene 255 páginas y puede ser obtenido en Amazon Books.
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