Cuando la Presencia del Alma es
Fortalecida en las Tareas Diarias
Carlos Cardoso Aveline
En las primeras etapas del camino del aprendizaje, uno ve frecuentemente una diferencia dolorosa, o incluso un abismo, entre los aspectos divinos y los aspectos materiales de la vida.
Cuando esto sucede, uno desea liberarse de las tareas y de los deberes externos para dedicar toda su vida al ideal altruista del progreso y de la perfección humanos.
Conforme vamos simplificando poco a poco nuestra agenda personal, obtenemos más tiempo para buscar la sabiduría.
En la medida en que nuestra vida cambia, las diferencias entre las tareas divinas y los deberes terrenales se van reduciendo hasta desaparecer por completo.
De hecho, cada esfuerzo por preservar la vida física – la nuestra o la de los que nos rodean – es una oportunidad para fortalecer el templo situado en el interior del corazón y de la mente.
Así como hay aire en el agua, y el agua está presente de manera invisible en la tierra, también el aspecto espiritual de la naturaleza está contenido en cualquier acción correcta llevada a cabo en el plano físico.
Parece haber una “separación” entre la Tierra y el cielo; pero ¿dónde, exactamente, está la Tierra? La Tierra navega en el cielo el tiempo todo.
La percepción humana es parte de la consciencia divina.
El deber espiritual es todo deber que se cumple a partir de una intención correcta y altruista. Actuando con humildad uno derrota la soberbia, vence el egoísmo y elimina el sentido de importancia personal.
Las acciones correctas son las que realizamos con nuestra alma. La ciencia de la teosofía nos enseña a mantener el contacto con nuestro yo superior mientras estamos plenamente atentos en cada situación que vivimos.
Ningún esfuerzo es inútil, si la intención es noble. Ninguna acción es insignificante, si es efectuada con un corazón puro y una mente generosa, por un individuo capaz de aprender.
Todos los aspectos de la vida son valiosos, si los vemos desde un punto de vista elevado y universal. Cuando la presencia del alma es fortalecida en las tareas diarias, la sustancia de la vida individual se vuelve sagrada.
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El artículo “No Hay Separación Entre lo Divino y lo Terrenal” es una traducción del inglés y ha sido hecha por Alex Rambla Beltrán, con apoyo de nuestro equipo editorial, del cual forma parte el autor. Título original y link: “No Separation Between the Divine and the Wordly”. La publicación en español ocurrió el 18 de marzo de 2020.
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