Los Obstáculos Existen Para Que Se
Fortalezca la Voluntad de Hacer el Bien
Carlos Cardoso Aveline
“El universo existe
solamente en función del alma”.
(Patanjali, II, 21)
“El sufrimiento que aún
no ha ocurrido debe ser evitado”.
(Patanjali, II, 16)
Nuestra civilización como un todo parece vivir los desafíos del discipulado, que están descritos metafóricamente en los varios “viajes del héroe” del mundo antiguo, desde el evangelio de Jesús hasta los 12 trabajos de Hércules.
Cada buscador de la verdad debe enfrentarlos de un modo u otro.
El concepto de “fiebre kármica” o Fiebre del Compromiso, usado en la teosofía moderna de Helena Blavatsky, es una herramienta para comprender mejor la historia humana.
Una vez que el alma entra en contacto con la verdadera sabiduría y se convierte en discípula, su horizonte se amplía tanto que la basura subconsciente acumulada como fruto de la ignorancia individual y colectiva sale a la superficie de maneras perturbadoras.
Entonces el sentido común parece haber sido perdido. Durante algún tiempo, lo absurdo se propaga. La vieja manera de vivir deja de funcionar, y la nueva aún no parece estar disponible. Una fiebre tiene lugar hasta que el alma se acostumbra a los horizontes más amplios. Los tiempos de transición son confusos. El número de idioteces cometidas durante el período de “pruebas” es a veces difícil de calcular.
En teosofía, el proceso evolutivo se mide en eras, no en días o semanas. La “fiebre del compromiso” de nuestra humanidad y la presencia de absurdos en su historia no son algo reciente. Sin embargo, hay diferentes fases en la fiebre kármica del aprendizaje que acompaña el viaje humano a lo largo del tiempo de vida de nuestro globo.
En la primera mitad del siglo XXI, la falsedad, el crimen, la lujuria, la violencia, la destrucción del medioambiente, el aborto y otras formas de falta de respeto por la vida parecen dominar el Zeitgeist o “espíritu de los tiempos actuales”. Estas enfermedades pueden verse como formas sociológicas de “reacción a la sabiduría”. Constituyen una fiebre kármica a través de la cual el organismo de nuestra civilización se debate entre dos alternativas:
1) Purificarse a sí mismo y alcanzar la sabiduría por medio del autocontrol y la simplicidad voluntaria; o
2) Promover la adoración de la irresponsabilidad y la multiplicación de acciones destructivas, preparando así su propio final, lo que abrirá las puertas del tiempo a un nuevo y mejor renacimiento.
Cada esfuerzo hacia una ética planetaria, comenzando por nuestra vida individual y por la relación del ciudadano con su propia alma, tiene un efecto curativo.
Las apariencias de corto plazo engañan. Es correcto no prestarles demasiada atención. Cada uno construye su propio lugar en el futuro inmediato o a largo plazo.
A través de una cierta fiebre kármica planetaria y sus aparentes absurdos, un organismo que está destinado a vivir expulsa sustancias indeseables, como la ignorancia, se purifica a sí mismo y se capacita para comenzar a vivir realmente, en un nuevo ciclo.
Por ese motivo, cuando las emociones, noticias e imágenes que lo rodean son negativas, uno ha de contrarrestarlas concentrando fuertemente la atención en lo que es saludable.
Las ideas equivocadas deben ser sustituidas por sus opuestos. (Patanjali, II, 33-34).
Si la futilidad vive hoy junto con el desánimo, la depresión psicológica y las formas brutales de violencia, ha llegado la hora de que cada uno piense de la manera más noble y correcta posible, trabajando por lo que es bueno y eterno.
Cuando las acciones perversas son presentadas como normales y todo acto solidario es visto con escepticismo, es el momento adecuado para pensar en la santidad, actuar de acuerdo con la ética y contemplar con fuerza definitiva el ideal purificador de la fraternidad sin fronteras.
Hay una bendición en amar la verdad en sí, aunque nuestra percepción de ella sea imperfecta. Las circunstancias no definen quiénes somos. Los obstáculos existen para que nuestra voluntad de hacer el bien cobre la fuerza necesaria.
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El artículo “Una Fiebre Kármica Global” es una traducción del portugués. El trabajo ha sido hecho por Alex Rambla Beltrán, con apoyo de nuestro equipo editorial, del cual forma parte el autor. Texto original: “Uma Febre Cármica Global”. La publicación en español ocurrió el 31 de mayo de 2021.
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